Agatha Reacción temprana y efectos de siempre.




Fotos de Roberto Marquez


Mientras Mauricio Funes afinaba los detalles para celebrar su primer año de gestión presidencial, la tormenta Agatha “hizo agua su fiesta”. Las nubes opacaron el cielo centroamericano y el presidente se vio obligado a cancelar la celebración.

Las intensas lluvias revivieron el recuerdo de la tormenta Ida, el deslave de Verapaz, en San Vicente, las perdidas, humanas y materiales. El temor de Ida, que a diferencia del gobierno aun no cumple uno año, logró que la población pusiera su atención a las lluvias, Protección Civil de El Salvador no necesitó más años de experiencia y más muertes para poder realizar una la alerta temprana que mermó los efectos de la tormenta. Sin embargo 11 vidas fueron borradas por las lluvias. La alerta logró evacuar muchas zonas en riesgo, acumulando así en los refugios casi 3 mil personas de las 12 mil evacuadas.

Según datos del Ministerio de Gobernación se contabilizaron 120 afectados directos, Agricultura reportó perdidas de más de 6 millones de dólares por el pasó de Agatha, el sector pecuario reportó $336,245 de pérdidas por la muerte de ganado bovinos y especies menores como aves y abejas.

Con el pasó de Agtha organizaciones ecologistas reprochan la falta de agilidad en la inversión de obras de mitigación, cuyo financiamiento se logró el año pasado tras los estragos de Ida. ONG´s como La Unidad Ecológica Salvadoreña además señalan la falta de una verdadera política de prevención y falta de verdadero interés por los problemas ambientales en el país.

Agatha solo fue el aviso de un invierno intenso, la primera tormenta tropical del año sació la sed que tenia la tierra, ¿qué pasará cuando la tierra esté más saturada de humedad? La respuesta debe ser ahora, y no cuando “el vaso esté por re valsarse”

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